domingo, 27 de noviembre de 2011

Pan con queso.

Poco que contar en esta excelente vida del universitario que poco a poco va acabando, empiezan los exámenes, se acabaron las visitas a los burdeles de sirenas, el Ballantines, el Jack Daniels, el marraneo, la noches de romanticismo ilustrado y barroco incomprendido, los pacharanes y los cebollazos de jueves y sabados.

Vuelve el esperpento del estudio de la catársis en la ya transitada mesa de estudio, de nuevo a las necesidades básicas del tamiz de la cultura, al empolle, al estudio del amor no romántico de sociología.

Pero nunca se olvida ese pícaro, cual Lazarillo de Tormes que llevamos dentro. Esto no conseguirá saciar mi incultura emocional a la par de endeble, y es que el género por excelencia arrastra hasta a los mayores embaucadores de la historia.

Y ya para terminar uno de los últimos pensamientos de un romántico por doquier, y es que las cosas claras: "Ser virgen no te hace santa y tener sexo no te hace puta."




Date por follada.

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