miércoles, 24 de octubre de 2012

Vende caro tu amor, aventurera.

Porque no. Porque aún no ha nacido la crisis que pueda con nosotros. Porque esperamos a los problemas con traje de luces y a puerta gayola. Porque, como el mimbre, antes partimos que doblamos. Porque el cielo no caerá sobre nuestras cabezas. Porque pueden matar al soñador pero nunca al sueño. Porque nos caemos para levantarnos. Porque se folla con previo cortejo, o no se folla.

Porque todos los días sale el sol. Porque siempre nos quedará París. Porque bailaremos bajo la lluvia. Porque somos salmones nadando a contracorriente. Porque mientras nos queden reinas en el tablero, no hay temor al jaque mate. Porque no hay jefes idiotas, sino copas de menos. Por nuestra bipolaridad indecisa.

Por las veces que nos ronden las malas cartas y las demasiadas sotas. Porque si las flechas ocultan el sol, pelearemos en la sombra. Porque con dinero y sin dinero hago siempre lo que quiero. Porque en el cielo todos los santos son de nuestro bando. Porque los patos de Central Park vuelven en primavera. Porque soy el Coyote y tú, mi Correcaminos.

Porque nada sabe mejor que la primera copa tras exámenes. Porque mi vida es una partida del Monopoly: aunque no tenga dinero y me joda, seguiré pasando por tu calle una y otra vez. Porque esto no es más que una mañana de resaca. Por las gargantas profundas. Porque saldremos de nuestra Jungla de Cristal. Porque nunca fuimos aficionados a las misas de réquiem. Porque seguirá sonando Sinatra. Porque encontraremos la tarta de queso, el steak tartare y el gin tonic perfectos. Por las situaciones a lo Pecos.

Porque somos unos verbenas. Porque nunca nos podrán robar el mes de abril. Porque podremos estar parados, pero jamás quietos. Porque más se perdió en Cuba. Porque quedan muchas maletas por hacer y muchos lazos de vestidos por deshacer. Porque los días de sol están a la vuelta de la esquina. Por el pacharán de las primeras citas.

Porque los hombres con barba somos mas sexys. Por que somos chulazos de cara a la galería y unos verdaderos príncipes en la intimidad. Porque, como los violinistas del Titanic, tocaremos y bailaremos hasta que el agua nos llegue al cuello.

 A por el 2012-2013 mis valientes.