Volvemos a las andadas, meses de "museo" y de filosofar:
Bohemio barabazul a la par que tunante por naturaleza, bandolero sin destino pero con destino propio, el cual se encuentra en tierras salvajes, mochila en mano y única preocupación que el qué llevarse a la boca, aunque posiblemente, la inanición esté al acecho...
Amante del sexo por excelencia, auqnue también ama las buenas dosis de mórfico intravenoso o etanol líquido...
Sencillo a la par que elegante.
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